Las luces de las farolas comenzaban a apagarse, eran las 7:oo de la mañana y yo aún despierta. Decidí levantarme, pegarme una ducha bien fría, desayunar un café e irme a trabajar. No había podido dormir en toda la noche, en mi cabeza había todo el rato un pensamiento que no me estaba dejando vivir pero, ¿que podría hacer?. Contarlo no sería la solución, familia y amigos se alarmarían con ésta noticia pero, ¿que otra opción quedaba?. No existe ningún medicamento que curase aquello que yo estaba empezando a sentir, otra vez. Mientras pasaba unas cuentas de la empresa a ordenador escribí una carta que estaba destinada a él. A las 15:00 cuando salí de trabajar me pase por su casa y la deje en el buzón.
Hoy 27-07-2020 vivo en una cala junto a un niño de 6 meses. Sabía que él nunca lo aceptaría ni reconocería, mi familia lo odiaba. Por eso mi mejor decisión fue vivir mi vida.
Tenemos que luchar contra lo que queremos, y queremos ser en esta vida, no rendirnos y ser fuertes, muy fuertes.
¡ Aplícate el cuento !
cristina del fresno..
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