- Vivo en mi verano moral donde no hay para el enfado, sonrío sola por la calle y piensan que estoy loca perdida. Y no estoy triste, es como el que recuerda un chiste, y no hay chisme que me afecte o me deprima. Cada vez cuesta más que algo me mole en la vida.
Que armarse de valor es el mayor escudo para hacerse fuerte. El resto de las cosas pueden esperar siempre, las pequeñas alegrías ni se compran ni se venden.
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