Todo llega cuando tiene que llegar.

Cada vez creo más en eso de ''las cosas llegan cuando dejas de buscarlas''. Con esto no me refiero a que dejemos de luchar por conseguir aquello que queremos. Lo que ocurre es que simplemente a veces nos cegamos tanto por conseguir un objetivo, que en ocasiones el hecho de verlo tan lejos o tan difícil nos agobia, nos angustia, no nos deja ver las cosas como realmente son. De igual forma, ante cualquier amenaza o adversidad siempre adoptaba la misma postura '' no voy a quedarme con los brazos cruzados esperando el golpe'', y esto está muy bien  para las cosas que sí dependen de nosotros, pero, ¿y cuando están fuera de nuestro alcance?.

Con el tiempo aprendí que hay veces en las que simplemente tienes que dejar que las cosas sigan su curso, luchando en todo lo que sí está en tu mano y sobre todo no dejándonos rebasar por ninguna circunstancia.

Todo llega cuando tiene que llegar.